jueves, 21 de febrero de 2008

... ¿y la letra?

Las canciones son binomios. La suma de la música y la letra.

Esto, que parece tan obvio, a veces se olvida. Hoy en día, corren tiempos difíciles para las palabras. Hace poco, Joaquín Sabina se quejaba de la gazmoñería de unas letras propias de preescolar. Sin ser tan apocalípticos, hay que reconocer que los éxitos del momento no (tampoco) pasarán a la historia por su calidad poética.
Quien rima

"ves" con "revés",
"boca" con "equivoca",
"mi" con "ti"...

no parece preocuparse por la trascendencia de su significado. Y si las palabras sirven para designar la realidad... la nuestra será tan simplona como esas rimas.

Pero nadie en su sano juicio estará de acuerdo con esto. Entonces, ¿cómo es posible que en una época tan compleja, con tantas cosas por decir y tan pocas posibilidades para hacerlo, gran parte de la música renuncie al valor de la letra?

Este espacio no nace (¿o sí?) para responder a esa pregunta.
Surge más bien como una defensa apasionada de las palabras cantadas. No de los poemas que, adaptados a melodías , dan como resultado canciones mediocres; sino de las letras que, pese a las limitaciones del formato (por ejemplo, la obligación de rimar), logran describir una perspectiva personal de la realidad.

Manuel Rivas suele plantear un juego cuando imparte charlas a los jóvenes: recita unos versos extrañamente familiares... hasta que los alumnos caen en la cuenta de que se trata de la letra de alguna canción.
Con este ejercicio, el escritor anima a reflexionar a los estudiantes sobre la música que oyen.

Eso es exactamente lo que pretende Palabras Cantadas.
En este viaje, iremos de la mano de algunos de los mejores letristas de todos los tiempos (sin importar su idioma, estilo o época).
Compositores tan comprometidos con los acordes y la voz como con la segunda parte insustituible de ese binomio mágico de las (buenas) canciones: la letra.



NOTA: imagen "robada" de Carlos Chaouen, quien seguro volverá a aparecer por aquí...